Atrapasueños

* La globalización llegó para mi de la mano del hipertexto, a través de la débil señal de un módem conmutado que hacía ruiditos nocturnos, interplanetarios. Yo estaba estudiando, y en ese entonces no me imaginaba que no sólo nunca iba a trabajar como periodista, sino que el tiempo, los microprocesadores y la globalización me harían sentir que estudiar periodismo fue como estudiar para operadora de telégrafos.

* En el dos mil uno, entre los tiliches peruanos y ecuatorianos en un mercado de artesanía en Sudáfrica, vi que colgaba un pequeño atrapasueños de plumitas naranja. Ese círculo sagrado repetido en cantidades industriales, moldeado en plástico y acrílico, llevado hasta sus más ridículas expresiones, era el que iba a invadir de forma viral las habitaciones de cientos de miles de adolescentes alrededor del mundo, tratando de detener en vano la pesadilla colectiva del nuevo milenio.

* En ese mismo año estaba siendo no-periodista, ya trabajando con gente de todas partes del mundo, tratando de entender las cosas que pasaban en San Francisco, en Seattle, en Porto Alegre, en Buenos Aires, en Bangalore… todo al mismo tiempo. Las cosas se empezaban a sentir diferentes. En los años siguientes aprenderíamos que tenemos más en común entre nosotros que con los vecinos del departamento de al lado, esa señora que insiste en hacer sus pagos en las oficinas centrales de la compañía de electricidad, y que hace la señal de la cruz cuando en las noticias mencionan al partido socialista.

* Todos mis amigos eran activistas. Juntos, estábamos en contra de muchas cosas. Años después nos daríamos cuenta de que estábamos de acuerdo en muy pocas. En aquel entonces hablábamos de la globalización y sus efectos devastadores, de la violencia económica, del crujir de las estructuras. Escuchábamos venir de lejos el rumor de una manada rabiosa e incontenible, una máquina que comía pobres y escupía sus restos, empacados y etiquetados para el mercado de exportación. Todas esas cosas iban a pasar, y más.

* La globalización encuentra su territorio transaccional en los aeropuertos. De tanto visitarlos, me han empezado a consolar sus convenciones gráficas universales de vaya para allá, siéntese aquí, de aquí no pase. Los aeropuertos y sus comidas blandas e inofensivas, su literatura uniforme, sus anuncios multilingues en el sistema de sonido. Este hombre de negocios que es igual a todos los hombres de negocios, esa niña que va de vacaciones a descubrir su verdadero destino entre los pobres de la tierra, esos viajeros que parecen siempre estar dormidos, esta señora tan silenciosa y sus hijos, acompañados por un oficial de la UNHCR.

* A veces mientras estoy cortando un pedazo de papel me doy cuenta de que no es del todo descabellado conjeturar que esas tijeras fueron hechas en china por el primo del chino que hizo estas otras tijeras. Este libro que me gusta a mi, que te gusta a vos en Alemania, también le gusta a algún tipo en Singapur que lo va leyendo en uno de esos trenes donde no roban carteras. Y me gustaría dar por cierto que anoche, cuando me desperté para abrir la ventana porque hacía mucho calor, había al mismo tiempo una mujer en Senegal o en Croacia viendo hacia el mismo punto en el cielo y pensando en mi.

hasta ahora 1 comentario sobre 'Atrapasueños'

  1. Lo siento, estoy viajando y las teclas…

    Any way, aquí vamos otra vez.

    El atrapasueños es un objeto que en diferentes culturas se ha utilizado para agarrar los malos sueños y alejarlos de nosotros. Es un conjuro para las malas experiencias que hace uso de objetos naturales como plumas y otros. He visto algunos que incluyen caracoles, cielo y mar en uno. Los sueños, que se parecen bastante a la literatura, son lugares donde personas de diferentes procedencias y culturas pueden coincidir sin sentirse extranjeros… El hipertexto puede hacer esto, a veces, pero la globalización… no estoy segura…

    Spandeutsch (Marcela):

    „Der Traumfänger ist ein Objekt, das in verschiedenen Kulturen dazu verwendet wurde, die schlechten Träume festzuhalten und sie von uns fern zu halten. Es beschwört die schlechten Erfahrungen und verwendet Naturobjekte wie Federn und andere. Ich habe einige gesehen, die Schnecken einfügen, einem anderen wurde Himmel und Meer beigefügt. Die Träume, die der Literatur sehr ähnlich sind, sind Orte, an denen Personen verschiedener Herkunft und Kulturen zusammentreffen können, ohne sich fremd zu fühlen… der Hypertext kann so etwas – manchmal – erreichen, aber die Globalisierung… ich bin mir nicht sicher…“