Voyerismo en pantuflas

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Hola a todos. Estamos a día primero de abril, corre el año de 2012, hoy empezamos a retransmitir desde el cronotopo cero para la gente que todavía pueda leernos alrededor del mundo. Muchas cosas se han dicho de este año. Todos los indicadores lo anuncian difícil y lleno de cambios bruscos. En muchos sentidos nadie sabe que es lo que va ha suceder ni qué es responsable de lo que vendrá.

Ahora sabemos que desde los años ochenta y a medida que se acercaba el cambio de milenio en el sol lluvias de fuego se sucedían cada vez con más frecuencia. Hacia 2007 los diarios empezaron a hablar sobre ellas, como una nota curiosa en las páginas de entretenimiento. Lo único que sabemos es que a medida que entramos en la nueva era la furia de las tormentas en el astro rey convierten las noches de algunos lugares de la tierra en un espectáculo natural inexplicable. El cielo se enciende, el ocaso arde literalmente y luego una humareda naranja llega a envolver ciudades enteras o amplias regiones en el desierto y en la selva en una penumbra brillante. También las ondas electromagnéticas de la tierra se alteran después de estos espectáculos y forman nudos en el subsuelo. Bultos que con el tiempo crecen, alimentándose de la contaminación eléctrica y las ondas en el aire, de las microondas. Las manchas se expanden lentamente. Algunos doctores han empezado a hablar de geopatias agravadas por la sobresaturación de microondas, pero la opinión pública apenas conoce estos estudios. Todavía no se ha reconocido oficialmente  la existencia de estos gigantescos cruces Hartman, solo en la red pueden encontrarse documentos que los aluden. Oficialmente la salud pública ha atribuido el cáncer y el alza de las enfermedades mentales al sedentarismo solitario del nuevo sistema de producción, una mala alimentación y la sociedad moderna. No reconoce que haya una relación entre estos desajustes y la contaminación tanto del suelo como del aire a través de las microondas que transmiten las antenas gigantes que se han construido en las ciudades.

La nueva tecnología afecta el medio ambiente, algunas especies mueren aceleradamente, otras mutan y el Internet, desde donde nosotros transmitimos, es el único lugar al que recurren los conspiranoicos para intercambiar información. Algunos gobiernos consideran a estos sujetos altamente peligrosos, ya que gracias a ellos y sus aportes intelectuales a la red, las personas tienen acceso a poder mirar detrás de bambalinas. De ahí que los expertos crean ahora que la gente no estaba preparada para enfrentar emocionalmente la quinta dimensión abierta por la revolución tecnológica de finales del siglo XX. Ya empiezan a implementar leyes para controlar la realidad virtual. Leyes cada vez más duras para regular “la ficción” en la vida del ciudadano medio.

El orden establecido siente pánico ante la idea de que se descubran las verdaderas razones de las epidemias y su directa relación con las nuevas tecnologías. Eso pondría en tela de juicio todo nuestro sistema productivo. Temen que la opinión pública pierda el interés sobre los objetos y se concentre en las consecuencias, las ganancias o las perdidas que involucran la adquisición de los aparatos. Peor aún, temen que se ponga en tela de juicio la verdad que divulgan los medios masivos de comunicación a través de esos aparatos.

Aunque nadie menciona la palabra información, el discurso oficial gira en torno a la “ficción”, los conspiranoicos piensan que la verdad detrás de las leyes de derechos de autor y de protección al consumidor se esconde la intención de controlar el acceso a la información de la mayoría de los usuarios y de las personas. Acabamos de salir del marzo negro, en occidente los ataques ciberterroristas están a la orden del día y las filas de los conspiranoicos crecen aceleradamente. Es la reacción natural al estado de shock al que nos han llevado los cambios sociales, medioambientales, morales que ha traído consigo la nueva era.

Mientras tanto nosotros, voyeristas en pantuflas, seguimos transmitiendo, colocados y dubitativos,  desde nuestra sala de máquinas en el cronotopo cero. Esta vez sin un duro, pero con la misma idea. Hacer un catálogo bipolar sostenible de mirones repartidos estratégicamente en el globo terráqueo.

Buscamos crónicas literarias de los acontecimientos. Relatos subjetivos de testigos, que nos permitan acceder al hardwer de esta inmensa Matrix, mientras nos lo permitan la SOPA, ACTA, SINDE, PIPA, etc., etc. y en el tiempo que queda hasta que se cumpla la profecía de los mayas.
Bienvenidos…..

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