Como quien se muda de casa, armé la maleta

Nací en Caracas, en 1971, pero la verdad es que casi nunca viví allí. Cuando era niña, mi familia se mudó a una ciudad en el oriente de Venezuela. Una ciudad mínima, pero con mucho petróleo. Un día vino gente de todas partes a encargarse del petróleo y convirtieron a mi ciudad en una metrópoli defectuosa por lo apresurado de las construcciones, el flujo de dinero, las lenguas, la muchedumbre. En pleno auge petrolero, abandoné aquella ciudad y me fui a estudiar Literatura un poco más allá, pero aún en el oriente, en una ciudad costera que según la mitología local fue la primera fundada por los españoles en el continente americano. Esto sólo lo saben quienes viven allí, de modo que puede que sea sólo una leyenda. La verdad es que yo nunca lo escuché ni lo leí en otra parte. Sea como fuere, aquella ciudad parece la última del continente, frente a un Caribe con escasos turistas.

Más tarde volví a Caracas, la ciudad en la que nací, pero como una extranjera: desconocía las calles, los rincones, la violencia. Incluso, el acento de la gente me resultaba ajeno. Allí estudié una maestría en Literatura Latinoamericana.

En el 2000 conocí a un argentino-israelí. Cruzamos los océanos varias veces para conocernos y reconocernos. Y a mediados del 2001 decidimos vivir juntos. Como quien se muda de casa, armé mi maleta con alguna ropa y un par de libros y llegué a un kibbutz en el sur de Israel, que es como decir, a la nada. La aridez del desierto llenó mis primero años: no hice nada más que fumar y llorar de nostalgia frente a un televisor prendido, a toda hora con telenovelas. Necesitaba escuchar mi idioma y alienarme porque estaba abrumada por el alfabeto extraño, los atentados y sus consabidas represalias, las guerras, las diferencias. Con el tiempo mis nostalgias se hicieron también de acá y mi lengua se fue enredando en los sonidos semíticos. Ahora soy de aquí y soy de allá, pero a la vez no soy de ninguna parte.

Desde este otro oriente escribo en una lengua distinta a la que me rodea, sueño en dos idiomas, sufro por las injusticias de acá y de allá. Doy clases de español. Quiero volver, pero no sé a dónde. Creo que la literatura es una religión. Tengo dos hijos pequeños que me enseñan cada día todo tipo de maravillas. Con todos estos temas voy tejiendo un blog. Tengo un libro de cuentos publicado: “Los jardines de Salomón”, con el que gané el primer premio de la Bienal Narrativa José Antonio Ramos Sucre en Venezuela. Ahora estoy escribiendo una novela. Una novela venezolana, escrita al norte de uno de los tantos desiertos de este lado del mundo.

Traducción: Anne Becker

3 comentarios sobre 'Como quien se muda de casa, armé la maleta'

  1. De todas las publicaciones que he leído en este superblog no hay una que me haya identificado tanto como esta… ¡gracias Liliana!, porque como tú yo “soy de aquí y soy de allá, pero a la vez no soy de ninguna parte…, escribo en una lengua distinta a la que me rodea, sueño en dos idiomas, sufro por las injusticias de acá y de allá. Doy clases de español. Quiero volver, pero no sé a dónde”. Lo mío fue enamorarme en Alemania de un caraqueño.

    Spandeutsch (Anne):

    Von all den Einträgen, die ich in diesem Superblog gelesen habe, habe ich mich in keinem so sehr wiedergefunden wie in diesem….Danke, Liliana! Denn ich bin wie du: “Heute bin ich von hier und von dort, aber zugleich bin ich auch von nirgendwo. Von diesem anderen Osten aus schreibe ich in einer anderen Sprache, als jener die mich umgibt, ich träume in zwei Sprachen und leide an den Ungerechtigkeiten von hier und dort. Ich gebe Spanischunterricht. Ich möchte zurückkehren, aber ich weiß nicht wohin.” In meinem Fall war es so, dass ich mich in Deutschland in einen Mann aus Caracas verliebt habe.

  2. Gabriel Calderón dice:

    Hola Liliana
    jé compartimos que yo también soy oriental
    soy uruguayo de la República Oriental del Uruguay
    l
    jaja
    saludos

    Spandeutsch (Anne):

    Hallo Liliana
    he, ich bin auch ein Orientale wie du. Ich bin Uruguayer aus der “Orientalischen Republik Uruguay”
    haha, Grüße

  3. Liliana Lara dice:

    Ana Rosa, pues si tú te identificas conmigo, yo contigo! Muchísimas gracias a ti por leerme e identificarte! Saludos a mi compatriota, que debe estar ya tan apátrida como yo, pero extrañando las arepitas y el Ávila, supongo!Besos para ti!
    Gabriel! Tengo que irme a vivir a Uruguay para seguir con mi colección de orientes!!! Besos desorientados! 😛

    Spandeutsch (Anne):

    Ana Rosa, nun, wenn du dich mit mir identifiziert, identifiziere ich mich mit dir! Vielen Dank, dass du mich gelesen und dich mit mir identifiziert hast. Grüße an meine Landsfrau, die inzwischen genauso heimatslos sein muss wie ich, aber dabei die arepitas vermisst und den Ávila, schätze ich mal! Küsse für dich!
    Gabriel, Ich muss mal nach Uruguay ziehen, um meine Kollektion an Orienten zu erweitern!! Desorientierte Küsse!