Telenovela – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Nunca metí las manos en la candela por Fátima http://superdemokraticos.com/es/laender/kuba/ein-kurzschluss-fur-fatima/ Fri, 20 May 2011 21:03:13 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=3825 Vale Todo fue una telenovela brasileña que pusieron en Cuba en los años del Período Especial. En aquel momento había apagones programados de varias horas y muchas veces coincidían con la transimisión de la telenovela. Mi madre y yo, fanáticas, nos íbamos en chancletas, con las batas de casa, y con las pasas al aire para el otro circuito. Cuando se iba la luz en nuestro circuito que era el 6, en el 19, que quedaba a algunas cuadras de la casa, había corriente. Y para allá íbamos a molestar a cualquier no tan conocido que nos dejara sentar en un sillón, incluso parar en la ventana, para ver la novela. Muchas veces hasta nos colamos en el hospital y la veíamos en las salas con los enfermos. Lo importante era no perderse qué pasaría con Raquel y con su hija Fátima, que eran las protagonistas. Después, cuando siguieron los apagones, no era lo mismo irse para el otro circuito, a una le faltaba el alma, el ímpetu, la dignidad, que nos ofrecía Vae Todo. Sí, porque era, y es todavía, lo más grande.

El caso es que en mi casa había un refrigerador ruso. Con el fanatismo que yo tenía con la novela decidí un día ponerle Fátima; que era ambiciosa, oportunista, calculadora pero a la vez humana. Obligué a todos en la casa referirse al refrigerador con ese nombre pues era una manera de tener por siempre a Vale Todo, porque de verdad que me sentí tan perdida cuando se acabó, tan sola… Y nuestro refrigerador tenía muchas cosas en común con Fátima, estaba malo pero a la vez sin él no podíamos vivir. En la base estaba un poco oxidado y había que cambiar las juntas de vez en cuando y chapistearlo, pero congelaba que era una gloria y a veces hasta mi mamá hacía duro frío y helados con arroz para vender a los chiquillos de la cuadra.

Yo me encargué de cuidar a Fátima como si fuera mi hija. Cuando se iba la corriente había que desconectar a Fátima enseguida para que no se quemara, por el impacto súbito de la energía eléctrica después. Yo lo hacía. También todas las vecinas se habían comprado para sus Roque Santeiro o Jorge Tadeo – vecinos también de Fátima de novelas brasileñas- un aparato que aseguraba que cuando viniera la luz nuestros refrigeradores no se quemaran. El aparato también era para prevenir los bajones de voltaje, cosa que ocurría con frecuencia y que sigue ocurriendo, y costaba un poco caro en la bolsa negra. Yo lo compré. Todo por Fátima, por mi Fátima, por mi niña, a la que le pasaba un pañito todos los días y no dejaba que nadie hablara mal de ella nunca.

Hace algunos años, cuando empezó la Revolución Energética, y ya yo no era una vejiga, había que cambiar a Fátima por unos refrigeradores chinos que se llamaban Haier, pensé en ese momento en mí, en Lulú Malanga, gritando en la casa: Ochín, te queda algún huevito para mañana? Y un refresquito? Y un poquito de picadillo? Cosas que yo habitualmente hablo con Fátima. Y Ochín llorando diciéndome: no, Lulú, no, no, no. Ochín era una telenovela china que pusieron en Cuba un poco despúes de Vale Todo y era de una china que se llamaba así que se pasaba todo el tiempo y toda la vida llorando. Qué va. No quise cambiar a Fátima por esa china. Fátima cuando te decía que no, te lo decía con carácter, con clase; y no, bastante había tenido que luchar yo por Fátima para ahora saber que le darían martillazos y la meterían en esos hornos a darle candela. Y no la cambié.
Pero era verdad que Ochín hubiera ahorrado más corriente. Escucho a todas las vecinas gritándole a Takeshi, a Voltus V, pero jamás he oído ni una queja de lo que gastan, del dinero que hay que pagar todos los meses por su alto consumo. Y veo a Fátima, vieja, oxidada, hay que chapistearla y cambiarle la máquina pero ahora valen más caras porque todas las que hay son chinas. Así, tirada en ese rincón, como recriminándome por no haberla metido en la candela. Sí, porque la relación ha cambiado. Aunque me cueste decirlo ya Fátima y yo no somos las mismas desde la Revolución Energética.

Anoche volví a soñar con Vale Todo. Y con la famosa escena de Raquel rompiéndole el vestido de novia a Fátima y con la parte final en que Fátima se casa con un príncipe millonario y se va para Milán y deja a su hijo y a su madre y triunfa. Me desperté. Fui a la cocina y vi a mi Fátima. Cada día más decadente la pobre. La imaginé casada con ese príncipe y me dieron ganas de llorar.

Por eso hoy no pensé en mí. Cuando me levanté lo primero que hice fue desconectar el aparato de voltaje que protege a Fátima y la dejé así, desnuda a la corriente eléctrica.
Y que la energía lo haga. Ni yo ni ella.

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El Eisberg antes del Titanic http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/der-eisberg-vor-der-titanic/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/der-eisberg-vor-der-titanic/#comments Fri, 16 Jul 2010 18:12:58 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=462

Historia es el sinónimo de respeto a los méritos de los otros, así como un apelo a sus deméritos, pero por favor no hay que unirla a la de los que no participaron, por favor no la sigamos uniendo.

La historia es un objeto de especulación, uno llega a ella solo a través de la ocupación.

La historia es al mismo tiempo nieve de ayer como Terremoto en Chile. Pétrea e Inclusiva. Ruina y estatua ecuestre.

La historia es una palabra trueno para el entendimiento  rayo. Listas. Números. Tablas. Historia, eso significa un permanente navegarse y llamar todo de acuerdo a lugares y personas que ya existen. En realidad una disciplina poco creativa.

La historia es el Horario Cultural (compendio de acontecimientos historicos determinantes para la cultura occidental publicado en 1946) de Stein, entre tanto hay tanta historia como  tiempos paralelos en los buscadores online de horarios culturales.

La historia se hace normalmente notoria como el eisberg del Titanic. Por lo menos es lindo poder percibir las razones de la zozobra unos cuantos minutos antes.
La historia en realidad siempre ha tenido lugar sin mi, por qué tendría que interesarme por algo que sin duda me mata, pero que al mismo tiempo no tendrá ni la más mínima ralladura de mi.
La historia lamentablemente no es compatible con el futuro y del futuro exacto no me fío nada desde que Christa Wolf apuesta por un percepción del tiempo errática, en el comúnmente alegre género humano. Quizá por eso me gusten las ciudades, que cambian rápidamente. En ellas todo es bonito antes de que pueda ser historia, historia. Tan de prisa como un cuento y tan destructiva como siete octavos de todo eso. Lo que los libros de historia nunca incluirán, por ejemplo, la muerte de un ladrón el 1 de Julio de 2010 en la ciudad jardín Jardims de Sampas. Armado con una pistola de juguete, herido por un conductor de coche atemorizado, en la calle en la que se filmaba una escena de la telenovela Uma Rosa com Amor. Desangrado bajo la sospecha de la ficción. Ironía de la historia, historia de la ironía: Muchos saludos desde São Paulo o uno muere dos veces.

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