Peter Weiss – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Questo Abrigado Tanto Mucho que can eat it Carousel http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/questo-abrigado-tanto-mucho-que-can-eat-it-carousel/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/questo-abrigado-tanto-mucho-que-can-eat-it-carousel/#comments Mon, 20 Sep 2010 15:14:30 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2067

Me gustan las bananas. Me da igual de donde vengan. No vienen de Brandemburgo, pero me parece que consideraría un progreso si pudieran provenir de allí. También me gustan los pasajes de avión baratos. Creo que consideraría un progreso si en cincuenta años siguen existiendo, sin por ello dañar el medio ambiente y ni las condiciones de vida de personas y animales. Creo que tenemos que creer en el adelanto tecnológico. Una renuncia a los privilegios me parece un retroceso. Por el contrario el presunto estandart elevado que prevalece en el mundo occidental, aunque no para todos su habitantes, debería ser el estandart de vida válido para todos.

Volver a la naturaleza no es ni debería ser la solución.

„Pero entonces de nuevo, cuando pienso en los innumerables esfuerzos que me ha costado en un país desconocido reencontrarme con el idioma, que tenía enterrado en las capas más profundas del recuerdo y mantener esa lengua funcionando, constantemente cercada por otros sonidos fonéticos. Debo entender ese idioma como algo frágil, dudoso, como algo que no nos ha sido dado en ninguna sílaba y que debemos crear incesantemente nosotros mismos.“ (Peter Weiss, Cuadernos de notas 1971-80,P.279).

O: „Is it politically correct to even be here?“ (Bongwater).

Me pregunté eso mismo, entonces, cuando volé de Colonia a Montpellier para visitar a la que era mi novia. ¿Debería estar aquí? ¿yo? ¿no debería evitar la decadencia de un vuelo vía París y tener una novia en mi ciudad? Si debería, pero no por esas razones, sino por puro pragmatismo.

Apertura de la página de opinión:

El turismo es una de las fuentes de todos los males, la movilidad en cambio un gran bien.

Ser responsable del medio ambiente es un objetivo venerable y la renunciación una auto censura enemiga del placer, es algo estúpido.

Debería ser posible un socialismo mundial (o algo por el estilo, más acorde a los tiempos; llámenlo como quieran), que no ataque los logros del capitalismo, ya que existen conquistas del capitalismo.

El tránsito individual es en gran medida irrelevante y sin embargo debería estar permito para todos y todas poder cambiar su posición, con medios de transporte.

Creo que sólo estoy en contra de la energía atómica, porque está en manos del capital, en lo que se denomina la libre economía. Si la energía atómica estuviera en manos estatales, del pueblo, ¿cómo se verían las cosas?

No estoy en contra de la investigación genética. Bananas de Brandemburgo, ¿por qué no?

Montpellier 1994: recuerdo a las personas  como radios extrajeras transmitiendo por la ciudad. Apenas entendía alguna palabra. Recuerdo costumbres que eran distintas, que no estaban globalizadas. Recuerdo la extranjería, encontrar a otro que hablara el mismo idioma y poder hablar con él, incluso si él era un idiota. Recuerdo el calor de esa ciudad en octubre. Siento el frío de Berlín por esa época del año. Podría decir que considero un fracaso militar, un pecado mortal de los alemanes el que no les haya sido posible mantener una ciudad mediterránea. (Mi patria está en mi idioma, pero el clima de mi idioma es malo.) Recuerdo la belleza de Trieste. El cementerio de Pula (Croatia) con el nombre de tres, cuatro, cinco naciones distintas.

Es el idioma lo que hace la diferencia. Mientras los traductores sean necesarios, no necesitamos perder ideas hablando de la globalización. Que muchas cosas funcionan mal, está claro. de eso tiene la culpa  el capitalismo.

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“Clown Army” http://superdemokraticos.com/es/editorial/clown-army/ Sat, 03 Jul 2010 17:46:50 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=428 La editorial de la semana empieza con una cita de Peter Weiss que hace Rene Hamann en su ensayo: “la cultura es: atreverse a leer, atreverse a creer en la perspectiva propia, atreverse a tomar la palabra”. El tener acceso a los libros y a su producción es lo que determina, quién será dueño o autor de la creación del discurso. Nuestro autores, esta semana, nos refieren en sus reflexiones a una construcción vertical de la conciencia histórica, nos hablan del poder. Del poder de las fechas, de las cifras, de determinados momentos en la construcción de la identidad colectiva del sujeto. Historia y geografía son la cara y el revés de la moneda que nos acredita como miembros de una sociedad. Hasta ahora son los conocimientos “generales” en esas materias los que nos hacen formar parte de una comunidad imaginaria.

Aquí la idea más común, la que se enseña en la escuela, es que uno debe aprender de la historia, para que las cosas terribles que han pasado no vuelvan a suceder. El pueblo alemán ha aprendido que es capaz de la barbarie y ha tenido que rehacerse a partir de la culpa. Esa idea es la ha que ha determinado teóricamente el comportamiento, por lo menos oficial, de “lo alemán” después de la guerra y mientras Alemania estuvo partida, en Europa y el mundo.

Es también una de las ideas centrales detrás del artículo de Karen Naundorf “Ahora somos los buenos”. Una crítica a ese no querer ver, hasta que punto la historia se repite en la medida en la que los intereses económicos son más importantes que los derechos humanos y a la doble moral con la que se encara el asunto desde Alemania en “aguas internacionales”. La autocrítica es algo muy duro y muy valiente, quizá no debería extrañarnos que el primer comentario censurado –esperemos que sea el único- haya sido hecho a este texto. No vale la pena hablar mucho sobre lo que decía el anónimo. En el Tercer Reich murieron seis millones de Judíos, poner ese hecho en tela de juicio en Alemania es ilegal.

Así pues, nos libra de tener que publicarlo un tecnicismo que va en contra la idea central de Los Superdemokraticos. Aquí en principio, siempre y cuando esté bien escrito, esté firmado y sea legal, está permitido decir todo. Como su nombre lo indica, somos una parodia a los tiempos modernos, una prueba de tolerancia y una invitación a mirar dentro de nuestras subjetividades, ¿cuál es el uso que hacemos del lenguaje para narrar los hechos? ¿Cómo afecta la migración a las comunidades imaginarias? ¿En plena globalización, qué sentido tiene el territorio? ¿La persona que escribió ese anónimo tiene más de cuarenta años? ¿Cómo llego a nuestro blog, si no somos famosos? ¿por qué no firma con su nombre? ¿tenemos que creer que efectivamente hay grupos mínimos de neonazi rastreando la red?

Esa es la opinión de algunos amigos que conocen la escena y es posible, cada freak con su tema. Un fanático desocupado puede llenar de basura la red entera, lo único que me inquieta es pensar que quizá después de discutirlo, los menores de cuarenta, que aquí somos la minoría en la pirámide generacional, hayamos censurado sin muchos miramientos a un ciudadano de a pie, común y corriente. Fachos hay en todas partes, de todas las edades, los que hacen política activa, los que trabajan cada mañana, aquellos a los que la ignorancia sólo les permite ser obvios y aquellos que nunca dirían de si mismos que son fachos, quizá ni se lo imaginan, sólo los delata el uso de un determinado corpus textual. Cualquiera que use adjetivos pseudo científicos para definir racialmente a otro ser humano es un facho y deberíamos aprender a tomar la palabra para reírnos de ellos global y colectivamente.

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¡No entiendes la onda! http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/no-entiendes-la-onda/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/no-entiendes-la-onda/#comments Mon, 28 Jun 2010 14:27:55 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=330 La historia venía de la televisión. Era en blanco y negro. Todavía no estaba cortada por cabezas parlantes y sollozantes. Habian montajes. Había en el fondo suficiente material original y una voz sabia en el análisis. El nivel de los documentales, que por aquella época se emitían en la tercera cadena – emisora estatal-, era apropiado para un adolescente. Hicieron toda una serie sobre la guerra civil española, sobre la que yo ni siquiera había oído hablar, que me resulto fascinante.

Peter Weiss:
“La cultura es: atreverse a leer, atreverse a creer en la perspectiva propia, atreverse a tomar la palabra-
Svering y Hilferding desarman el frente Rojo.
Grzesinski (Ministro prusiano del Interior) y Zürgiebel mandaron a disparar
contra los trabajadores el 1 de Mayo.
Stampfer defendió los días de sangre.
Socialdemócratas.”
(Cuaderno de notas 1971-1980, Volumen 1, p. 233)

A continuación un documental sobre los bombardeos aéreos en la segunda guerra mundial. Que la historia alemana es difícil, no hay que explicárselo a nadie. El ocuparse de la historia, en principio más fuera de la escuela que dentro de ella, ocasiona el primer quiebre con lo que uno cree de si mismo, con la propia identidad. Un niño sin influencias tiene una relación completamente positiva con El Padre- La Madre patria. En mi caso eso cambió sucesivamente, en la medida en como fue la historia expuesta por la televisión y la escuela, los diarios y los libros. En consecuencia soy crítico frente al concepto: Nación. Aprendí, cual hubiera sido La Pequeña y La Gran solución alemana y por qué Bismark en 1866/71 se decidió por la pequeña. Aprendí que el intento de crear una nación a partir del pueblo empezó con el Congreso de Viena en 1815 y que fracasó con la revolución de 1848, que el Imperio Alemán – Deutsches Reich – se originó en una guerra. Lo alemán y lo militar tuvieron una unión muy fuerte, demasiado fuerte durante mucho tiempo. Que terminó de disolverse con el hundimientos del Gran Imperio Alemán -Großdeutsches Reich- o a más tardar con el final de la Guerra Fría.
No obstante los militares alemanes ocupan nuevamente territorio extranjero, desde hace algunos años, para defender aunque nadie lo haya admitido los “intereses de la economía alemana”. El presidente de la República Federal Köhler fue criticado duramente por hablar públicamente de esa verdad no dicha, por eso renunció, no a causa de esa verdad increíble, sino por la crítica a su capacidad de administrar el cargo que ocupa. Así se ve la realidad alemana en el año 2010. Los documentales en la tele, también han empeorado. De todas maneras no quiero ser un pesimista, sigo creyendo en la capacidad de aprender de un pueblo y sus representantes, no importa lo difícil que resulte a veces.

Übersetzung: Rery Maldonado Galarza

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Mit irgendetwas muss man ja anfangen http://superdemokraticos.com/es/poetologie/con-algo-hay-que-empezar/ Sat, 12 Jun 2010 07:59:45 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=172 Mit irgendetwas muss man ja anfangen: escribimos el anio 1997. La izquierda estudiantil en la Universidad de Colonia estaba bajo la mano firme de los estudiantes de “Ciencias Regionales” (En Alemania uno puede hacer estudios culturales en áreas geográficas específicas, como sinología, japonología o estudios africanos). Ciencias de la región Latinoamérica, así se llamaba oficialmente la carrera y los izquierdistas se ocupaban de hacer marchas de solidaridad, galletas por Nicaragua, conservar el viejo romanticismo cubano y preparar el obligatorio Chili con carne (“Cada cucharada un golpe en la cara del capitalismo”). Nada para mi, eso me quedó claro muy rápido, no tenía ningún punto de encuentro con Latinoamérica, quizá con España, aunque en realidad yo era un izquierdista pop, francés por elección propia. Más allá de todas las películas Nouvelle Vague y las fantásticas novelas de los surrealistas y el Nouveau Roman que engullía, también los teóricos que influyeron en mi conciencia izquierdista venían de Francia. Los leí a todos, a los estructuralistas, los post estructuralistas, a los deconstructivistas y a los postmodernos, desde Althusser hasta Lyotard, desde Foucault hasta Baudrillard, desde Bourdieu hasta Deleuze.

A principios de los 90s llegó el momento de romper con mitos viejos y romanticismos, las ideologías llegaron al descrédito, cayó el muro, el segundo fin del mundo. “El año 2000 no tendrá lugar”, dijo Baudrillard, todas las libertades serán cambiadas por la comodidad técnica en la vida, todo se resbaló y luego fluyo, el capitalismo se proyectó a los siglos como invencible. ¿Qué libertad? de qué libertad se hablaba -al final de cuentas, parece que no existió en las naciones de Europa del este. Si bien dominaba la igualdad, funcionaba sólo como la homogenización y la represión de todos los inconformistas. La República Democrática Alemana se mostró como una camisa de fuerza, histérica. En la Alemania Reunificada, que me interesa naturalmente mucho más que países lejanos en otros continentes,  se quemaban asilos para refugiados y casas, una incluso en la ciudad en la que nací: Solingen. En Colonia respondían con rituales viejos –uno iba a la calle, cantaba canciones sentidas, uno era más serio que de costumbre, uno se manifestaba-. Todo eso tampoco me gustaba. Yo quería ser escritor, ser escritor, eso lo tenía claro, antes de tener clara cualquier cosa. Y junto al amor y al sexo, al pop y la música, eran la ciudad y la política los temas que me interesaban.

Una vuelta atrás en la sensibilidad, en las certezas y dudas de la poesía comprometida de los años ochenta, no habrá, eso me quedó claro. Así qué cómo hacer literatura política? Miré en los libros franceses. ¿Cómo era eso de la libertad? Había un libro de un socialista alemán, no de la RDA, sino sueco, un “ladrillo”, un “jamón” –quizá debería aprender primero: qué es lo que les ha pasado a las ideas que me parecían buenas, qué es lo que ha sucedido con ellas, qué han hecho de ellas. Estudiar el fracaso continuo del comunismo. El libro que volvió a mis manos y que fue el que me llevé al primer viaje, tenía 26 años, fue “La estética de la resistencia” de Peter Weiss, el caminó me llevó hasta Barcelona.

Con algo hay que empezar: también de Peter Weiss es lo que estoy leyendo ahora, son sus notas, hechas en los bordes del manuscrito del gran libro. El otro libro que he comenzado a leer le pertenece a un autor latinoamericano, que vivió mucho tiempo en Barcelona y que lastimosamente ya ha muerto. Es la antípoda, el polo opuesto y necesario a Weiss. Un poco de realismo mágico y nueva narración. Es del chileno Roberto Bolaño y se llama “2666”. Creo que serán los libros que acompañaran mi trabajo y pensamientos en las próximas semana. Haber que pasa.

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