Lesen – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 ¿Que a qué vine? http://superdemokraticos.com/es/laender/mexiko/weshalb-ich-her-gekommen-bin/ Thu, 08 Dec 2011 18:20:54 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=6220 Parodia de la conferencia de prensa en la FIL en Guadalajara, con el candidato a la presidencia de México Enrique Peña Nieto del partido actual de oposición Partido Revolucionario Institucional (PRI), en la que el periodista español Jacobo García le preguntó qué libros ha leído.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=sUMwy7ZolNg[/youtube]

Yo sí leo. Y mucho. Por eso voy a las Ferias esas que se hacen en todo el mundo, en las que, pa’donde uno voltee, nomás ve libros. Y de todos los que se puedan imaginar: grandotes, chiquitos, caros (y de éstos sí que sobran), baratos, buenos, malos (de éstos también hay muchos), para niños, para grandes, para mujeres, para borrachos; hasta para políticos hay libros.

¡Uy! De veras que no saben qué tanto leo. ¿Que qué? ¿Que si de veras leo mucho y no le estoy haciendo al payaso? Para nada. He leído tantos, no, más bien, tantísimos libros en mi vida, que nombrar algunos resultaría, hasta cierto punto, un mero acto de cinismo intelectual. Yo por eso vengo a estas Ferias que a las universidades públicas tanto les gusta organizar, porque nomás aquí puedo encontrar libros de los que a mí me gustan.
¿Que qué libros han marcado mi vida? Bueno, pues, entre los muchos libros que he leído (porque yo he leído muchos libros, eh, y sobre todo novelas), hay uno que otro que, efectivamente, han cambiado mi vida. Claro que los libros a los que me refiero no son como los de este autor muy famoso “quenomeacuerdocómodemoniosellama” pero ”quedeto’smodosnimegusta”. No, yo leo novelas de las buenas.

Por ejemplo, una en particular, que habla, precisamente, de temas relacionados con lo que yo hago. ¿El título? ¿El autor? ¿Que qué chingados es lo que yo hago? Pues mira, tú, que se nota que sí lees (aunque no tanto como yo, desde luego), seguramente sabes el nombre del libro, y del autor. Creo que comienza con “K”, o con “M”. No mentira, comienza con “E”. Bueno, es que no lo recuerdo, porque cuando uno lee tanto como yo, es difícil recordar los nombres de los autores que le cambian la vida a uno; ni qué decir cuando se trata de recordar los títulos de sus libros, que, como buen lector que soy, siempre traigo cargando, “ahídondechomisdemáschingaderas”.

¿Que no he contestado qué chingados hago aquí? No pues, muchas cosas; una de ellas, leer, claro. Y mucho. ¿A qué más puede venir una persona como yo, tan leída y escribida y reconocida y demás, a eventos de así?

Entonces, ¿que cuál es mi libro favorito? Pues éste que se llama “Los jóvenes de algo”, o “El éxtasis de noséquéchingados” que es buenísimo, de este señor, muy famoso por cierto, un “No Sé Qué Sánchez”, o “Alguien Fuentes” o algo así, parecido, cercano, similar; por ahí va la cosa, pues. Pero bueno, por eso yo vengo, precisa y efectiva y voluntariamente, a estas Ferias, en las que, de paso, uno aprovecha pa’robarse dos-tres libritos y pues, ahorrarse dos-tres…. cientos pesitos, ¿no? Porque la situación está difícil. No lo sabré yo, que leo mucho…

El de la Pinche Lastra/2011

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¡No se la pase tanto frente al computador! http://superdemokraticos.com/es/laender/kolumbien/sitzt-nicht-so-viel-vorm-computador/ http://superdemokraticos.com/es/laender/kolumbien/sitzt-nicht-so-viel-vorm-computador/#comments Wed, 16 Nov 2011 17:15:34 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=5817 Retrato de Lilly Ungar, vendedora de libros judío-austriaca que lleva la librería Central; la librería plurilingüe más antigua de Bogotá.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Hgdypj5UUb0[/youtube]

Lilly Ungar no se priva de ninguna actividad: Cada mañana a las 9:30 es una de las primeras en la Librería Central al Norte de Bogotá en la calle 94 # 13-92. Se sienta en su escritorio pegado a una pared que separa la literatura internacional de la latinoamericana. Allí recibe a clientes, amigos, empleados, periodistas, pero también las llamadas. Hace pedidos, discute sobre la colocación de los libros en las vitrinas. “Ya no puedo leer 24 horas al día. Mis ojos ya no son los mismos”, comenta sonriente. Escudriña los catálogos, las revistas nacionales e internacionales, hace pedidos en Alemania, en Los Estados Unidos y España, y en las filiales colombianas a las editoriales mexicanas y españolas.

“¿Tenemos suficientes del de Jobs? “El libro sobre la vida del fundador de Apple, Steve Jobs, está actualmente en boca de todos. Ese que se pueda ver bien cunando uno está en la caja. La vendedora y amante de libros de 90 años, quien junto a su esposo Hans Ungar, ya fallecido desde hace algunos años, fundó hace 60 su primera librería en Bogotá, como ella dice: “su hobby y su alegría”, es una mujer amable pero decidida. Tiene el mando sobre los libros en español, inglés y alemán. Y le enfurece el hecho de que el Instituto Goethe local haya cerrado su biblioteca por problemas de espacio. Y sin libros, ¿cómo se puede aprender un idioma?
El matrimonio Ungar hizo, como ningún otro, un aporte a la escena cultural de la ciudad: Abrió la primera galería dedicada al arte contemporáneo colombiano, y organizó, entre otras, la primera exposición de Fernando Botero y Alejandro Obregón. Hans Unger se hizo un nombre con sus viajes antropológicos en territorios inexplorados del país.
Mientras una empleada nos servía un té de hierbas, tomé asiento en un sillón de cuero y eché una mirada a las fotos familiares de la pared: Un archivo completo. También puse mi mirada en esa dama elegante de suéter de lana y con collar de perlas que habla un vienés melódico salpicado de hispanismos. “En casa tenemos una biblioteca de 26.000 ejemplares en cuatro idiomas que ocupa cuatro habitaciones. Este va a ser un problema para nuestros herederos, pues todos tienen apartamentos pequeños.”

En 1939 Lilly Ungar huyó por razones políticas y raciales, junto con su padre y su hermana apenas a tiempo de Austria en el mes de septiembre cuando se dio inicio a la guerra. En el viaje en barco a Colombia, las hermanas aprendieron español sólo con libro. Lilly Ungar no tenía aún los 18 años. Cada persona sólo podía llevar consigo 25 dólares. Al principio vivieron un año en Medellín, donde su hermano ya había conseguido un puesto. Cuando éste encontró uno aún mejor en Bogotá, todos se mudaron con él. Allí Lilly conoció a su esposo Hans. “A pesar de todo lo que había pasado, empezamos después a viajar a Viena una vez al año. Allá teníamos muchos amigos. Hoy ya no quedan muchos”, contaba en voz tenue.

De Lilly Ungar emana una sofisticación evidente. Acaba de releer “José y sus hermanos” de Thomas Mann y lo entendió esta vez diferente a las anteriores. El libro se encuentra en su traducción al español cerca de la caja, al lado del de Jobs y al lado de la muy aclamada novela “Tres ataúdes blancos” de su hijo Antonio Ungar, quien vive hoy en Palestina. Una novela política de suspenso sobre un país inventado llamado Miranda que no sólo por casualidad se parece a Colombia.

Con fe inquebrantable Doña Ungar ha defendido toda su vida la literatura. Mas ahora ve una amenaza moderna:” El computador es muy perjudicial para las librerías. En París han cerrado ya el 35 por ciento de las librerías pequeñas.” Por eso desearía que “la gente leyera más y volviera a comprar libros, y que no sólo se la pase frente al computador. Cuando éramos niños nos hacía felices que nos regalaran libros.” De despedida me regaló dos caramelos y el consejo de mirar con calma los 35.000 ejemplares de su librería. “Deje su cartera aquí bajo mi escritorio. Ése es el lugar más seguro.”

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“Ni soy una estrella, ni vos sos sólo el público”: Entrevistas con Fabián Casas http://superdemokraticos.com/es/laender/argentinien/espanol-ni-soy-una-estrella-ni-vos-sos-solo-el-publico-entrevista-con-fabian-casas/ Mon, 11 Oct 2010 12:54:12 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2835

Fabián Casas nació en Buenos Aires en 1965, se ha convertido en un referente para las nuevas generaciones de escritores en su país y en el resto de América Latina. En 2007 recibió el premio Anna Seghers en Alemania. En la Feria del Libro de Frankfurt, Casas presentó la traducción de sus poemas al alemán, editada por Luxbooks. Dos entrevistas.

„Un intelectual es cualquier persona que esté trabajando con ideas. A mi lo que me gusta es que siempre haya un cruce entre las cosas. Que la gente que trabaja con las ideas esté conectada a la vida, en ese sentido a mi los intelectuales que me interesan son los que están trabajando con la vida. Schopenhauer decía que no se puede confiar en una filosofía en la que no se escuche en el fondo el chirrido de dientesy creo que tiene razón. Hegel en cambio, por seguir con los alemanes, me parece más cerebral y menos vital. Cuando daban clases juntos, el aula de Hegel estaba llena y el aula de Schopenhauer estaba vacía, yo creo que era así porque Schopenhauer decía lo que nadie quería escuchar. Pienso que una persona en Latinoamérica que quiera transmitir una idea o escribir, mostrar su sensibilidad, lo que tiene que hacer es hacer las cosas rápidamente. Tiene que tener amor a su destino, no pensar que la vida le debe algo, sino tomar el toro por las astas y producir, producir el soporte técnico a partir del cual va ha poder ser escuchado, darse cuenta que la literatura no es algo individual sino algo colectivo, que hay que unirse con otras personas para que tu mensaje llegue, que precisamente la unión con otras personas hace que te alejes de tu propio mensaje, que te alejes de tu ego y eso lo vuelve mucho más interesante, porque vuelve como una voz extraña.

En mi caso el ensayo es una forma de ensayar. El intento de lateralizar determinados pensamientos y aceptar la posibilidad de que existan ideas en un mismo ensayo que sean antagónicas, buscar una idea con pensamientos paralelos, que pueda decir una cosa y la otra a la vez. Es una forma de reconocer que errás, que te equivocas y de volver a intentar, de merodear una idea, de merodear una frase, sin tener la pretensión de poner un punto final. Que uno tiene que abandonar la idea de puntuar las cosas, de terminarlas, porque cuando uno termina su educación esta muerto.

Yo no pienso en: „pensadores“. Cesar Vallejo me parece un poeta extraordinario, muchos de sus poemas tienen una reflexión sobre la sociedad en la que nosotros vivimos ahora y sobre la sociedad en la que le tocó vivir a él. Cuando leo no es que me concentre en ensayistas, leo todo, diferentes escritores en sus respectivos géneros, me parecen ensayistas, incluso algunos músicos me parecen ensayistas -viste-. En mi país hay un movimiento re interesante de bandas de rock nuevas y a mi me gusta mucho de ellos, que no se toman en serio. Son como muy livianos, son relajados y rompieron con esta cosa que hay, que a mi me parece horrible que es: „yo soy una estrella y vos sos el público“ Es gente que sabe que uno es el que toca, pero que en cualquier momento puede estar del otro lado, se retroalimentan completamente. La discográfica se llama Laptra y está en La Plata, a mi ellos me dieron ganas de escuchar música, me hicieron sentir bien, son frescos.

Para mi la democracia es, dentro de todos los sistemas que podrían existir, el que más me interesa. Me parece que es el sistema preferible para vivir, viendo su lado ideal tendría que ser un lugar en el que todas las personas tengan todas las posibilidades para asumir su destino, no tener que decidir a partir de la opresión y todas esas cosas. Me gustaría pensar democracia como un lugar ideal en el que todos puedan pensar, tener una voz y tener un voto que tenga consecuencias“.

Fabián Casas nació en Buenos Aires en 1965, se ha convertido en un referente para las nuevas generaciones de escritores en su país y en el resto de América Latina. En 2007 recibió el premio Anna Seghers en Alemania.  En la Feria del Libro de Frankfurt, Casas presentó la traducción de sus poemas al alemán, editada por  Luxbooks.

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Ratoncitos en la columna http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/mauschen-in-der-saule/ Mon, 11 Oct 2010 08:56:35 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2857

Este texto esta dedicado a la familia de ratones que vive en una columna en la central de policía en Frankfurt, con catorce niños ratoncitos. Inquietos y graciosos trabajadores nocturnos en colectivo. Este texto es por lo tanto dedicado al diminutivo, los trucos de magia contra los superlativos.

Este texto también esta dedicado al lenguaje con el que me comuniqué en los últimos días, el que me trae una extrañeza incómoda, cuando estoy con amigos de habla hispana, porque lo aprendí en la vida por casualidad, y no en una escuela. Yo llamo a esta lengua “español falso”. Esta es la moneda seudo-migratoria que traigo debajo de la lengua.

Manzanas frescas de mis campesinos de Brandeburgo, cuaderno, cámara, de resto una maleta vacía. Esta no fue mi primera feria de Frankfurt, sino mi quinta. Yo me sentía preparada. Pero viendo el sin fin de los estantes me invadió un nuevo miedo, un miedo que nunca había sentido y que de pronto tenía que ver con mi papel como superdemocrática: ¿Quién se va a leer todo eso? Yo no, jamás. E incluso, si logro escoger una selección bien pensada, ¿cuándo voy a poder escribir, por no hablar de actuar? El círculo vicioso del lector-escritor-ciudadano, me paralizó un momento.

Pero por fortuna me encontré con muchos otros lectores-escritores-ciudadanos en pasillos, standes y fiestas, personas que aman y roban libros y difunden siempre sus propios, mejores libros, estas pequeñas bombas mentales; o los autodiseñan, como la infatigable Eloisa Cartonera. La metáfora de la bomba es robada, la editorial independiente argentina Clase Turista ya había diseñado un libro con cable de encendido.

Ich, als Säulenmensch. Foto: Viktor Nübel

Editoriales independientes, tanto en Argentina como en Alemania, poniendo todo de sí y de su personalidad también, producen estos relevantes objetos artísticos, fuerzas de intervención en un mercado por lo demás bastante uniformado. Ellos toman “decisiones para el futuro” como lo expresó Sergio Parra, de la editorial chilena Metales Pesados. Yo ya me siento un poco hipócrita, por escribir esto en un blog, pero la “teoría literaria política”, que los autores de los Superdemokraticos desarrollaron virtualmente en los últimos cuatro meses, se debe estar imprimiendo en un par de meses. Nosotros vamos simplemente hacia atrás: primero online y luego offline. Primero la conexión digital, después la difusión física.

En la presentación del “2010 Ranking of the Global Publishing Industry” escuché los planes de los grandes consorcios para el futuro. Así supe que, a pesar de la crisis financiera, a la industria editorial no le va nada mal, pues los mercados digitales prosperan, tanto en Estados Unidos, como en España o Alemania, ¿y como será en Latinoamérica? Las editoriales ya no diferencian entre libros digitales y –como ellos los llaman- libros „físicos“, la única diferencia son los modos de comercialización, que dependen de los canales de distribución, pero también de servicios adicionales como el recomendar, no solo se guía por algoritmos. Ah! Pienso, se trata de intercambio entre humanos. Carolyn Reidy de la editorial mayorista estadounidense Simon & Schuster dice, en este evento, la frase más poética: “Se van a desarrollar nuevos formatos para los ebooks, pero nosotros todavía no los hemos descubierto. Eso lo va a hacer la próxima generación, ellos vienen con otro tipo de cerebros, distintos a los nuestros.” Eso lo puedo confirmar. Al levantarme salió una huella de agua de mi ojo izquierdo, como si fuera una máquina de lágrimas. Cuando estaba comprando gotas en la farmacia, les dije “Parece que llorara, pero no lloro. Mi ojo simplemente hace eso“. Debe ser por el clima de la feria. Como los ratones, los libros deberían salir más al aire fresco.

Traducción:
Natalia Guzmán Díaz

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Chandrawati http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/tschandrawati/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/tschandrawati/#comments Mon, 04 Oct 2010 07:00:05 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2443 Mi primer libro se tradujo a muchos idiomas. A menudo los lectores alemanes me preguntan qué piensan en el extranjero de mis historias, por qué les interesan (al menos aquellas que tienen lugar en o tras la RDA). Estas historias son de hecho incomprensibles fuera de aquí. En ocasiones, algunos alemanes del Este me preguntan incluso si más allá del Elba alguien tiene la menor idea de lo que hablo…

Mi respuesta es siempre la misma: el sentido de la Literatura es acercar una historia a las personas, una historia que no han vivido y que no obstante se les puede ofrecer con posterioridad. No importa cuándo o dónde sucede la historia. O dicho de otra manera: si los libros no son capaces de llevar a las personas a una vida ajena, y con ello tocar su corazón, es que no es literatura, sino sólo una colección de palabras.

Los libros conectan a las personas. La Literatura construye puentes entre lugares, entre culturas, entre idiomas. No se me ocurre nudo alguno que sea más polícromo, más vivo, que una más estrechamente los milenios de nuestra existencia. No hay nada que pueda saltar el espacio y el tiempo con tanta pasión, y por tanto, tan poco envejecido. Creo que precisamente ahí está la fortaleza de la Literatura.

En mi primera biblioteca había historias infantiles, cuentos y algunas viejas obras de consulta. Guías de setas y plantas, léxicos de animales, colecciones de canciones (está documentado que a los cuatro años yo podía cantar el Venceremos…), el Weltall-Erde-Mensch. Al hacerme mayor, llegó la correspondiente literatura de adulta, que me iban regalando o que yo misma “realojaba” de tanto en tanto en mi habitación desde la biblioteca de mi madre. Sólo recuperó unos pocos títulos de aquellos. Hoy en día, mis posesiones han crecido hasta ocupar una habitación entera llena de estanterías hasta el techo llenas de libros.

Algunos de mis libros de la infancia me los llevé conmigo cuando me fui de casa de mis padres hace más de 20 años. Sobre todo los cuentos. Mis ediciones de los Hermanos Grimm y las de Hans Christian Andersen. Los cuentos románticos de hadas de Hauff y los de Bechstein, las adaptaciones de los clásicos cantos heroicos, así como una impresionante colección de cuentos de hadas de todo el mundo.

En la RDA se publicaron muchos libros de cuentos de hadas, muy por encima de la media. Era algo internacional, y pasaba más fácilmente por la censura que las obras contemporáneas. Uno de mis libros de cuentos de hadas se llamaba “Desde el almacén de flores de la Princesa Chandrawati”. Contenía cuentos de hadas de las Islas Mauricio. El título, aunque no era de paso simple para una lectora de ocho años, podía recitarlo de memoria desde el principio. No sólo el risueño “almacén de flores”, sino también el exótico nombre de la hija del rey me marcaron. Chandrawati. Las niñas de mi clase se llamaban Katrin, Sabine o Kerstin.

Las historias no me decepcionaron: había marajás, crujientes saris, flores amarillas de jengibre. Higueras y hadas que bailaban. Amaba mi almacén de flores. Cuando hace poco se puso ante mis ojos por casualidad, ligeramente conmovida, tiré del insignificante lomo del libro para sacarlo del estante, y me horroricé. Me aferraba a lo que en mi memoria era algo repleto de flores de colores y pájaros, y ahora era un estrecho y austero libro de bolsillo. Una portada completamente negra. Papel basto. Impreso sin apenas márgenes con una tipografía pequeña. Ninguna imagen, sólo alguna ilustración apenas esbozada de vez en cuando. Una pesadilla. Difícilmente indicado para niños tanto en lo óptico como en lo táctil.

La decepcionante confrontación con la realidad me impactó sobremanera. Sabía que mi libro tenía el aspecto que tenía, pero había olvidado lo grosero que era en realidad el cartón hidrofugado de la cubierta, lo ásperas que resultaban las páginas, lo mal que se pasaban.

Intenté recordar si ya por entonces me había dado cuenta de esto, y si había hecho alguna distinción entre el texto de esta versión de cartón reducido y el del alegremente colorido libro ilustrado para niños, que naturalmente también poseía. Pero no, no la había hecho. Entonces, la descolorida Cenicienta que tenía entre las manos, que tan lejos me había llevado, había arraigado en mi corazón mucho más que muchas publicaciones fastuosas. Naturalmente, había sido el mundo de Chandrawati: desde la discreta y polvorienta cubierta negra de cartón hasta el temperamento de colores salvajes, luces centelleantes y excitantes aventuras.

En cuanto devolví el libro al estante junto a los demás ejemplares, pensé por primera vez, que mis frecuentes visitas a las misteriosas Mauricio de tiempos remotos quizá eran uno de los muchos motivos por los que empecé a escribir, años más tarde.

El oficio de escritor, que nos ha unido a todos en esta plataforma, consume energía, es escariador y a menudo está repleto de dudas. Al menos para mí. Pese a ello, no puedo imaginar nada más esperanzador para el resto de mi vida que escribir libros llenos de historias…

Traducción: Ralph del Valle

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Globos, Balcanes y literatura http://superdemokraticos.com/es/themen/globalisierung/espanol-globos-balcanes-y-literatura/ Mon, 27 Sep 2010 15:01:57 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=2230

Teníamos 18 años, faltaba poco para que acabase un siglo movidito, y yo y mi amigo Boris buscábamos libros con la desesperación de los adictos. En nuestra ciudad no existían librerías (o había una que no tenía casi nada) por lo que nuestras pesquisas se centraban en los estantes de familiares y amigos: preguntando, tomando prestado, robando (bibliotecas cercenadas por las limitaciones, el oficio y el mal gusto). Nos daba igual, lo que encontrábamos nos servía: éramos felices en nuestra restricción. La lectura nos motivaba a leer más, sin pensar mucho en el futuro ni en sus consecuencias. Un día nos llegó el rumor de que fulano de tal tenía las Obras Completas de Borges de Emecé, de 1979. Cuando conseguimos la dirección del que poseía dicho volumen, fuimos en la destartalada moto del Boris y tocamos todos los timbres de la cuadra hasta que dimos con la casa. Salió un tipo al que jamás habíamos visto y luego de la breve explicación del Boris entró a la casa y volvió con ese libro de tapas verdes. Arrancamos directo a la fotocopiadora y luego de una hora regresamos para devolvérselo. Que no hubieran libros (ahora tampoco hay mucho más que entonces) me parece que también era un síntoma del perfil filisteo y oscurantista que caracterizaba a quienes administraban el poder en mi ciudad: es más fácil dominar a alguien no tiene información o no sabe qué hacer con ella.

Para nosotros el mundo era ancho y ajeno, aunque eso estaba a punto de cambiar. Íbamos a tener que adaptar nuestras antenas del modelo analógico al modelo digital. Un año antes de que terminase el siglo XX ya podíamos leer en la web revistas y diarios que habían sido inconseguibles y que tenían status de mito en nuestras tertulias monotemáticas: con un clic podíamos acceder a novedades y clásicos (o al menos enterarnos de su existencia). Con un clic nos sentíamos verdaderamente contemporáneos de nosotros mismos. Pero en “la realidad” la circulación de los libros seguía siendo escasa y tenía más bemoles que armonías: precios exageradamente caros frente a sueldos paupérrimos que cada día tenían menor capacidad adquisitiva, banalización del rol de la literatura, presencia de consorcios multinacionales que se encargan de delimitar nuestra “literatura nacional” (sesgando el debate, ignorando obras y autores y descartando el diálogo entre tradiciones literarias lingüísticas que superan con creces el criterio mezquino de las fronteras como delimitador, produciendo los textos escolares que deforman el sentido de la literatura en la educación, etc.). Esta “literatura nacional”, patrocinada por estos consorcios, en muchos casos era nada más que un acuerdo ideológico entre un público (que podía comprar estos libros caros y que disfrutaba de estas historias marcadas por el sello de clase) y autor (muchas veces proveniente de este mismo público escaso). Muchos aspectos han ido minando este efecto perverso, entre ellas la accesibilidad que brinda internet.

Si bien acá no existen librerías parecidas a supermercados donde los libros se venden exclusivamente como mercancías con fecha de vencimiento (perdiéndose así en el olvido muchos libros valiosos) seguimos en la condición de mercado de pulgas cultural,  al que sólo llegan los deshechos o las sobras de los mercados grandes. Lo que algunos autores (Piglia y Link, entre ellos) denominan “balcanización” de la literatura latinoamericana. Libros basura de autoayuda, pésimas traducciones de clásicos, best-sellers espurios, pero casi nunca las obras que están transformando y ampliando nuestra lengua (común pero increíblemente diversa), cambiando las sensaciones de lo que es ser latinoamericano, reformando el canon, etc. Hasta mientras, con sus limitaciones e ilusiones, con paciencia pero también con furor, vamos a seguir resistiendo gracias a la web. Páginas de arenisca que seguimos consumiendo con mi amigo Boris. No nos vamos a rendir tan fácil.

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Axolotl Cyborg http://superdemokraticos.com/es/themen/globalisierung/axolotl-cyborg/ http://superdemokraticos.com/es/themen/globalisierung/axolotl-cyborg/#comments Thu, 16 Sep 2010 06:25:16 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1789

Axolotl. Foto: Ethan Hein, http://www.flickr.com/photos/ethanhein/

Estoy seguro de que ninguno de ustedes se ha preguntado jamás cómo percibe la globalización un ajolote secuestrado de su hábitat natural y que ahora vive en esta pecera que con tanto cariño he acondicionado.

La primera cuestión que le viene a la cabeza al bicho, es el origen de mi crueldad. Por cuál razón lo saqué de su hermosa casa en la laguna de Chapultepec, México, para traerlo a un frío espacio cerrado de la Ciudad de Guatemala. Tampoco termina de entender esos sonidos que se cuelan por las aguas causando un pequeño oleaje. Prefiere que ponga al más alto volumen la música más pesada, así puede ejecutar pequeñas destrezas de su época de surfer de los charcos. Cannibal Corpse lo enloquece. De los nacionales se queda con Evilminded, sin dudarlo.

El acento mío y de mis amigos no le resulta demasiado extraño a esta salamandra mexicana. De vez en cuando usamos la expresión “pinche” y hasta llegamos a decir “buey”, como remate de frase. No cantamos mal las rancheras. O sí las cantamos mal, pero con idéntica enjundia. Esto le ha hecho un poco menos traumática la mudanza. Aquí Los Tigres del Norte también rifan. Claro que cuando ya estamos muy borrachos nos gusta rescatar lo “nuestro” y entonces nos echamos el danzón con alguna pieza (país de las guapas mujeres y de la marimba, dicen) de Checha y su India Maya Caballero.

Este ajolote se nutre de música y de las radiaciones tóxicas que la minería a cielo abierto deja por estas tierras. Gracias a esto ha desarrollado la habilidad de leer y navegar por Internet, sin necesidad de un teclado. Vivo con un batracio telepático y le encanta husmear en mi correo electrónico. Le parece muy divertida mi correspondencia, con todos sus enredos, pasiones. Bucea en mi Twitter y también se entretiene leyendo los textos que colecciono como material investigativo para la novela que actualmente preparo. Le entusiasma leer todo lo relativo al transhumanismo y sus posibilidades como herramienta para la activación de un nuevo tipo de conciencia humana global. Se plantea y debate consigo mismo algunos asuntos bastante complejos: si la hiperconectividad a la Web es el primer paso en el desarrollo de un cerebro colectivo; si él sería el primer replicante de una nueva raza Axolotl Cyborg; si yo en realidad no existo y soy tan sólo un holograma de su conciencia.

De repente el ajolote me mira a los ojos, repitiendo la escena de aquel cuento de Cortázar. Se pregunta si nos ha pasado lo mismo que a los personajes y yo estoy ahora adentro de su cuerpo, pensando al interior de su piel tan fina. Me hago la misma pregunta, mientras lo veo girar y dar una vuelta de carnero espectacular que amenaza con recomponer el universo. Respiro, me tranquilizo. Todavía estoy de este lado de la pecera.

Para mi salamandra fluorescente el asunto de las lenguas no está del todo claro. Con frecuencia olvida el idioma en que ha leído un texto, lo cual le hace pensar que la mente aprovisiona las ideas en un código no necesariamente lingüístico. Hace poco quiso contarle a unos pececitos de colores que la poesía era el dispositivo histórico (genético) que usamos para cuestionar a las configuraciones de lo que percibimos como realidad material. Que a través de ella, de la poesía, evolucionamos. Luego, con elegancia, lanzó un haiku japonés que originó una pequeña hilera de burbujas. Pero, vamos, lo había dicho todo con un tono tan doctoral y flemático (como de filósofo alemán), que me resultó muy chistoso percibir la indiferencia de los peces. Estos pobres difícilmente saben si viven en el siglo XXI ó en el paleolítico. Y el Siglo de Oro, o el Romanticismo, ya que estamos, también les valen madres.

A mi Axolotl Cyborg, a fuerza de mirar tanta televisión por cable, lo ha terminado conquistando la publicidad. Incluso ha llegado a concebir un excelente producto, una marca, algo que le gustaría mucho comercializar: una serie de tapas de libros de Thomas Pynchon para que los pececitos de colores puedan forrar sus libros de Paulo Coelho, y así consigan leer sin ser víctimas de discriminación en entornos hipster. Le informo que en este país no tendrá mucho éxito su iniciativa, pues la gente directamente prefiere no leer. Lo hip por acá es no saber nada y acudir a fiestas electroclash. El ajolote se asusta y me hace prometerle que en mi próximo viaje a Buenos Aires lo dejaré acompañarme, para que pueda chapotear por las librerías. Hay unas muy buenas, le digo.

Sí, se me ha ido convirtiendo en un cínico y un confianzudo este animalito. Pero la verdad es que lo acepto así, con todos sus defectos. Es lo mínimo que puedo hacer después del daño que le he ocasionado, arrancándolo de su idílico entorno natural (donde convivía con tepocates y desechos industriales), trayéndolo a vivir a este nuevo paisaje: un hábitat que consiste en una pecera traslúcida puesta de frente a varias pantallas.

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Diloquesientismo http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/sagmirwasdufuhlstismus/ http://superdemokraticos.com/es/themen/koerper/sagmirwasdufuhlstismus/#comments Mon, 26 Jul 2010 18:44:50 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=528 “Creyendo que las cuestiones de la sexualidad son asuntos privados, dejamos de percibir su dimensión social y política.” G. Louro

Veo en la televisión a un niño llamado Bastian devorando un libro con el semblante turbado de aventurero extraviado en el desierto con sólo unas cuantas páginas en su cantimplora, el joven héroe cubre su espalda con una manta porque el mundo de Fantasía está desapareciendo en el ático, la Nada lo devasta y… corte comercial.

Reconozco mi cuerpo, me lavo los dientes voluntariamente, duermo sola sin miedo, imito a los cantantes de la radio cuando no hay nadie, atravieso una fase mitómana y cleptómana, desarrollo mi noción personal del bien y del mal. Instantes cruciales para la construcción de la primera intimidad: la propia. Toda persona debe contar con este ambiente y decorarlo a su gusto, recién entonces podrá recibir invitados y más adelante formar un hogar compartido, saludable y pleno. Paradójicamente, una vez superado el solipsismo infantil, el ser humano pasional suele llegar, durante la adolescencia a la etapa “Sólo existes tú”.

La intimidad es uno de mis asuntos favoritos para tratar por ejemplo, en una sobremesa con alguien a quien acabo de conocer. “Dígame algún secreto, dime algo que yo no sé y derribemos sin más preámbulos este campo de fuerza que nos ha sembrado la sociedad. Algo que nunca has dicho a nadie, háblame de tu primera vez o de la última, de tus sueños recurrentes. Confiésame si te sientes solo y miserable, no escaparé. Anuncia que eres un hombre feliz y no usas camisa, eso sí he de comunicarlo.”

“Diloquesentismo” , un movimiento polémico que me ha traído alegría y comunión, así como incomprensión y situaciones incómodas (graciosas), al punto de lamentarme cierto día abochornada: “Si me dieran un dólar cada vez que digo todo lo que siento quizás me sentiría mejor en este momento.” Al respecto, opina Guacira Louro: “las preguntas, las fantasías, las dudas y la experimentación del placer son remitidas al secreto y a lo privado. A través de múltiples estrategias de disciplinamiento, aprendemos la vergüenza y la culpa, experimentamos la censura y el control.

Durante siglos las mujeres han debido “guardar la compostura”, y hasta hoy, para el sujeto puritano resulta intimidante, en lugar de íntimo, oír a una dama referirse abiertamente a su vida sexual. Esto me trae a la memoria la bellísima canción de Chabuca Granda “Cardo o ceniza” donde la poeta relata un sublime episodio de entrega apasionada, y en la estrofa final despierta junto a su amante, avergonzada por su total desinhibición de la noche anterior.

Encuentro intimidad intensa en la poesía, en escribirla y mostrarla a alguien cercano, y luego publicarla, en leerla. En deslizarnos dentro de la lógica y sensibilidad de un artista siguiendo el laberinto que diseñó en un momento mágico y solitario.

Se genera también en la complicidad, en saberse inocentes del mismo delito, solitarios entendedores de un mal chiste, únicos huéspedes de un hotel encantado. Cede el campo magnético, abrimos la puerta. Secretos sin confesionario.

El intimismo es un ismo que se convierte en “mismo”: compartir un plato de comida, la cucharita del postre, los gérmenes, la cama, arrancar el brazo que entorpece el abrazo que desaparece.

Siempre quise abrir mi secreto bancario para que usted y yo fuésemos íntimos sin temor a despojarme del glamoroso velo de misterio que me adorna como a una tapada limeña emocional, ya que el misterio tiene múltiples instancias y su propio Ministerio con sede en el Interior. Muchos aspectos entran en consideración antes de decidir convertirse en una fiesta para dos. No cualquiera toma ese tour dentro de una, menos se convierte en pasajero frecuente, cuando finalmente me remuevo de la frente el tatuaje que dice: “Ama al cisne salvaje” y asumo el traje transparente de regalo desenvuelto que resplandece ante los ojos del niño gigante.

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Todavía en tránsito http://superdemokraticos.com/es/poetologie/fur-meine-familie-bin-ich-die-blog-oma/ http://superdemokraticos.com/es/poetologie/fur-meine-familie-bin-ich-die-blog-oma/#comments Sat, 12 Jun 2010 08:06:47 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=190 Vengo de San José de Costa Rica. Ahí nací hace 31 años y crecí como una niña urbana que le tenía miedo a los insectos y a las alturas. Tengo una familia enorme, de clase media tirando a pobre, en la que todos viven a un máximo de cuatro horas de camino. Soy una de las pocas que se han ido lejos.

Mi mamá dice que “salí leyendo“, y creo que es verdad. A los diez años pedí una máquina de escribir para navidad, y aprendí a usarla con una furia y una desesperación un poco preocupantes para mis padres. Con el tiempo, la computadora se convertiría en mi obsesión más definitiva.

Siempre escribí. Cartas, obras de teatro, poemas, diarios. Todos los perdí o los destruí. Ya adulta se me ocurrió que quizás no era buena idea perderlo todo. En Febrero del 2001 empecé a escribir Itzpapalotl.org, un blog personal. Todavía lo escribo y recibe unas cuantas visitas de amigos y familiares, como si fuera un blog-abuelita que vive lejos y repite las cosas porque se olvida de lo que ya contó.

Por alguna razón, por esa misma época, me obsesioné con el trabajo. Trabajé y estudié como una loca. Hice de editora, traductora, reportera, investigadora social y programadora. Trabajé en una ONG, fundé una cooperativa de trabajadores, tomé fotos, cosí vestidos, abrí un blog de cocina y armé robots de papel. Viajé por un montón de ciudades en avión, en bus, a pie y en la parte de atrás de algún camión, siempre con la laptop al hombro.

En el 2006 mientras pasaban en la tele los partidos de la Copa del Mundo, me enamoré. Unos meses después me vine a vivir a San Francisco, California, sin tener ni la más mínima idea de cómo era vivir en los Estados Unidos.

Resultó que no estaba mal. Vivio en una ciudad pequeña y diversa, donde se juntan imigrantes de todas las latitudes, los diferentes matices de las culturas Asiáticas, la cultura afro-americana, la cultura chicana, los hippies de los años 60, los punks de los años 80, los empresarios de la Internet de los 90, y un movimiento incesante de gente e ideas, de vidas llenas de misterios.

Aquí paso los días pensando en mi estado migratorio, porque todavía me siento en tránsito aunque hayan pasado cuatro años. Bailo en la cocina cuando nadie me ve, salgo a leer a los parques hasta que llega la niebla helada, y en las mañanas vuelvo a ver por la ventana y está ahí, como un milagro, el agua del mar.

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