Kreuzberg – Los Superdemokraticos http://superdemokraticos.com Mon, 03 Sep 2018 09:57:01 +0000 es-ES hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9.8 Con nuestro hocico berlinés… http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/mit-unserer-berliner-schnauze/ http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/mit-unserer-berliner-schnauze/#comments Thu, 01 Sep 2011 07:03:33 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=5023 Empiezo esta editorial con una sensación en el cuerpo de salir a pasear por un campo de minas. No es que no pueda definir exactamente cuál es la imagen más común que se tiene de lo alemán en el espacio hispanoamericano, quizá a nivel mundial. Todo lo contrario, llevo 14 años respondiendo a las mismas preguntas. Si todo es tan frío como se piensa, tan estricto, tan racista, si el idioma es impronunciable, si los alemanes carecen por completo de sentido del humor y ¿por qué me hago esto? ¿Por qué me quedo? ¿por qué vivo aquí?

La representación de Alemania en el mundo, por lo menos para mi generación no está a cargo de los alemanes, sino más bien a cargo de los americanos. De ahí que probablemente lo primero que escuche un alemán como saludo en mi país sea un: “Heil Hitler”. Eso tiene que ver con el completo desconocimiento de la historia y con las películas de Hollywood, que son las que siguen reproduciendo el cliché. En mi caso el poder defenderme en un idioma tan enrevesado es visto como un mérito, ya que salvo por los estudiantes de filosofía en la mayoría de los países occidentales, el alemán hace mucho que no es un idioma universal.

La sociedad alemana no tiene fama de ser amigable ni si quiera en Europa. De ahí que con el estrechamiento de los vínculos dentro de la Comunidad Europea, el inglés sea el que se imponga lentamente entre la gente joven, también en las calles de Berlín. A nadie puede extrañarle el fracaso estrepitoso de la “Blue Card”, la versión limitada y burocrática de la Green Card americana, con la que los alemanes intentaron durante un tiempo “mejorar” el perfil de los migrantes que llegan a la República Federal Alemana.

Aquí la gran parte de la sociedad espera discursivamente que sus inmigrantes se integren, pero la mayoría de los programas orientados en ese sentido tropiezan con ese sentimiento de superioridad autárquico, que impide de entrada cualquier acercamiento productivo. Los cursos de idioma que ofrece el gobierno son el ejemplo más ilustrativo. No están pensados para satisfacer la curiosidad de los que vienen aquí por interés de conocer la cultura. Es como si a los alemanes les resultara inconcebible que alguien en su sano juicio tomara la decisión de aprender, de conocer mejor el país. La integración laboral está diseñada para introducir a los inmigrantes en la cadena de servicios, no para aceptarlos como sujetos. Es como si el gobierno o la propia sociedad no fuera capaz de reconocer y aceptar el intelecto del recién llegado y eso, a pesar de que nuestra generación, aquí también está abierta al mundo. Los gobernantes no nos representan.

De ahí que la imagen que desde Los Superdemokraticos queremos mostrar de Alemania sea completamente distinta a los clichés clásicos que persiguen a este país y a sus traumas. Los Superdemokraticos es una prueba más, como Deutsch Plus o Neue Deutsche Medienmacher, de que Thilo Sarrazin y muchos otros políticos populistas como él, se equivocan cuando intentan convencernos de que la integración ha fracasado o que la idiosincrasia alemana es inconmovible. Si eso fuera así Kreuzberg no existiría y existe, nuestra sociedad alternativa alemana es rica en experiencias, en facetas, en acentos y de una calidez humana que sorprendería a cualquiera. En nuestro contexto sólo existen ciudadanos que construyen en común una sociedad nueva, donde reír es parte del día a día y el alemán es nuestra lengua franca.

En septiembre, mes de elecciones en Berlín, nuestros autores reflexionarán sobre distintos aspectos de lo alemán y la imagen que tiene este país. Con eso queremos colaborar a que se disipen malos entendidos. La “Berliner Republik” que nosotros representamos es joven, cosmopolita y abierta al mundo. El alemán que nosotros hablamos es inteligente y divertido, aunque no siempre sea gramaticalmente perfecto y se merece gobernantes más despiertos, que estén en condiciones de entenderla. Nuestro hocico berlinés no piensa callarse…

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¿Hay alguien ahí? http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/ist-da-jemand/ http://superdemokraticos.com/es/laender/deutschland/ist-da-jemand/#comments Sat, 09 Jul 2011 10:51:21 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=4494 ¿Quién soy? ¿Determina esa pregunta la manera en la que convivo con los otros? Quizá, aunque a través del Internet, quién soy se relativiza mucho más de lo que nosotros mismos podamos prever. Es lo que trae consigo la posibilidad de que crear a nuestros avatar y lo que deja tras de sí, la celeridad de la palabra escrita. Dejamos una huella indeleble. Todas nuestras personalidades quedan gravadas, todas nuestras reflexiones, nuestros desamores, nuestras desavenencias.

Algún curioso puede poner nuestro nombre en Google y el buscador lo remitirá a una serie de páginas web y a imágenes de nosotros mismos. A los fantasmas que sonríen desde las fotografías de una infancia compartida con personas con las que, tal vez, ya no tengamos nada de que hablar.

Antes, cuando al mundo todavía lo separaban montañas infranqueables, los seres humanos nos veíamos restringidos a un cierto número de personas. A menudo nuestras vidas transcurrían entre las mismas caras. A menudo los seres humanos no teníamos más remedio que asumir nuestro destino, definido por nuestro sexo, nuestro poder adquisitivo y nuestro nivel cultural. Un forastero era visto y recibido como un absoluto fenómeno y alguien que pudiera contar algo sobre países lejanos, era un erudito, si tenemos que creer lo que dice Teodorov en las Morales de la Historia.

Ahora en cambio, comunicamos permanentemente con otros países. Cuando encendemos el ordenador se abre el mundo y a través de la red, buscamos a nuestros coetáneos en los rincones en los que se han escondido. La ficción en la que vivimos nos hace creer que somos iguales y que no existen fronteras y sin embargo, el mundo globalizado como tal, definitivamente no está abierto. Eso lo sabe cualquier latinoamericano que quiera abandonar el continente. Eso lo sabemos los extranjeros extra comunitarios que vivimos en Europa, nuestro derecho a la movilidad está siendo como nunca controlado y restringido. Eso lo saben también las mujeres europeas, que en la vida real a pesar de todo el discurso políticamente correcto, siguen ganando menos que sus compañeros y cumpliendo, igual nomas que las latinas, con una doble jornada laboral. Lo saben los extranjeros, que tienen que convivir con los prejuicios que se ciernen sobre sus lugares de origen. Lo saben los indígenas, que intentan luchar por sus derechos, también desde la red.

¿Se parece el mundo real a las series americanas que vemos por televisión? No. Muchas veces la multiculturalidad es algo que se queda afuera, cuando cerramos la puerta de nuestras casas y volvemos a internarnos en lo que se supone que es real, porque es nuestra verdadera vida y sin embargo, en esa realidad, ahora construimos personajes que nos representan en el mundo virtual. Ese espacio en el que puedo ser del color y el sexo que quiera, de la clase social que más me apetezca, de la inclinación política que considere pertinente.

Las nuevas tecnologías nos permiten acceder a sucedáneos, podemos comunicarnos con nuestros parientes en tiempo real e interactuar con ellos a partir de la web cam. Podemos buscar a esa persona predestinada para nosotros, hasta en el último rincón del mundo. Podemos educarnos, informarnos, autoeditarnos, ponernos de acuerdo para hacer una revolución. Online soy un ser humano pleno, como personaje de ficción. ¿En qué medida afecta la ficción, esa proyección que hacemos de nosotros mismos, nuestros contextos? En julio nuestros autores reflexionarán sobre distintos aspectos de la convivencia en el mundo real. Ese que gracias a la red cada vez tomamos menos en cuenta, en sus verdaderas posibilidades y limitaciones.

¿Quién vive cómo, con quién? Esa es una pregunta que nos hacemos con frecuencia en Los Superdemokraticos, porque nuestro modelo de interacción lo hemos copiado de las calles del barrio en el que vivimos. El Aleph que nos ha tocado en suerte, como lo define Borges: esos tres centímetros en los cabe todo el universo, es conflictivo. El país que lo contiene, no hace más que publicar titulares sobre todas las cosas que aquí no funcionan bien y sin embargo, como sujetos, indistintamente de las preferencias sexuales, idiomáticas, raciales, políticas, de clase y la pobreza, probablemente en pocos lugares de la Europa contemporánea estamos tan cerca de ser como realmente queremos, todos los sujetos que habitamos aquí. Es posible que los antiguos no hayan tenido Internet, pero los seres humanos siempre hemos construido Babilonia.

Nosotras transmitimos desde Kreuzberg. Cambio. ¿Hay alguien ahí?

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Bertolt Brecht Roadkill (crónica berlinesa en 6 actos) http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/bertolt-brecht-roadkill-berliner-chronik-in-6-akten/ http://superdemokraticos.com/es/themen/geschichte/bertolt-brecht-roadkill-berliner-chronik-in-6-akten/#comments Mon, 29 Nov 2010 10:59:42 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=3245

1. Berlín, pulquería

Hace un par de semanas me invitó a cenar Nikola Richter, en su bello apartamento de Kreuzberg. Niko, además de ser una escritora de excelencia, es una chica alemana que estudia el violín para jazz y que conduce diversos proyectos culturales con la destreza de una atleta del logos.

Aquella noche, antes de sentarnos a la mesa, le dije a Niko que Berlín se había convertido ya, con la rapidez y violencia de un relámpago, en la niña mimada del parnaso de mis lugares favoritos. A lo mejor a Niko esta afirmación le pareció prematura, pero de cualquier modo la aceptó con una sonrisa, mientras echaba los calabacines a la sartén previamente marinada.

La pasta estuvo deliciosa, casi tan buena como la conversación. Comentamos muchísimas cosas: desde algún elogio por las editoriales alternativas argentinas (como Clase Turista), hasta las más íntimas y reveladoras impresiones que nos causaron los diversos colaboradores de Los Superdemokraticos: sí, de acuerdo con Luis Felipe Fabre, no hay nada más sabroso que el chisme literario, así que procedimos al deleite sin cargos de conciencia.

Una noche antes habíamos bebido unos cuantos mezcales en La Pulquería de Kreuzberg, frente al Görlitzer Park. Yo venía de haber hecho un viaje de casi 20 horas, entre escalas y esperas aeroportuarias, pero decidí incorporarme al alegre grupo y emborracharme antes de dormir. Así, pensé, aprovecharía también para mostrarles a todos el amuleto que había adquirido un par de semanas antes, en Buenos Aires: un gorila de plástico que saca fuego por la boca y prende su mirada de infrarrojo.

Era todo felicidad mientras les encendía sus Gauloises a mis nuevos amigos. Todos se mostraban cautivados por el fuego del mono mágico. Sobre todo una chica llamada Aline-Sophia, que también aseguró estar enamorada de los delfines.

2. Lucullo, el proceso

Al escribir ejecuto un crossover. Paso de un lenguaje al otro. Soy un narrador oral que viaja desde sus mentiras hacia el texto.

Sobre la página veo morir lo que antes inventé. Y ese cadáver es lo que algunos llaman literatura.

Cuando me preguntan por qué comencé a escribir, tengo dos, o incluso tres historias como respuesta. Depende si estoy en un bar, o en una librería. O si me lo pregunta una periodista. Elijo el relato a partir de mi entorno y humor del momento.

El lugar donde se originó mi amor por la poesía, le cuento a Nikola, mientras hundo mi tenedor en los Zucchini Pesto, se encuentra diseminado por la ópera en verso llamada “El proceso de Lucullo”, de Bertolt Brecht.

A los diecisiete años participé como actor en dicha pieza, con el grupo teatral del colegio. Mi papel era el de la “voz lívida”, que era una sombra acosando la conciencia del general romano, Lucullo, quien está a punto de ser enjuiciado en el Inframundo. La voz lívida, una sombra ataviada en la onda de Brandon Lee en El cuervo, le explica al público la dimensión del daño que el dictador le ha ocasionado a su pueblo. Habla en forma metafórica, elíptica, desplegando un espeso halo de misterio, mientras los personajes, miembros del jurado inframundano, se van desprendiendo de un friso triunfal.

Es muy curioso, muy raro, pero nadie, entre mis conocidos, leyó jamás esta obra de Brecht. Ni siquiera los más brechtianos entre los brechtianos. Alguno incluso llegó a sugerirme que quizás la directora del grupo estudiantil había confundido al autor y que así habríamos terminado montando la obra de otro. Una amiga actriz, más atrevida, escéptica, e incrédula, me dijo que a lo mejor todo se trataba de una farsa, no del todo infrecuente en el mundo teatral: una obra escrita por la misma directora, quien nos habría dicho que la pieza era de Brecht por una extraña suma de timidez, oportunismo y vergüenza.

Recuerdo haber hecho varias búsquedas en Google los últimos años, siempre infructuosas. Escribía “El proceso de Lucullo” y nada, cero resultados. A veces escribía “El proceso de Lucuyo” y el vacío era todavía más inconmensurable. Incluso había llegado a pensar que esta obra en realidad nunca existió y que mi mente la había inventado sólo para darle un origen prestigioso a mi momento iniciático en el arte.

A Nikola esta historia le pareció fascinante y me propuso que visitáramos la casa de Brecht y luego su tumba que está en el cementerio justo enfrente de su antigua residencia, en la calle Chausseestrasse. Le respondí con entusiasmo que sí, que teníamos que hacerlo lo antes posible, ir por allá, preguntar, tomar fotos, y aprovechar para escribir una crónica sobre la búsqueda de esta ignota obra de Brecht.

¡Ese sería un texto perfecto para Los Superdemokraticos!

3. Fotos en Görlitzer Park

La mañana del viernes 12 de noviembre de 2010 tuve  una cita con el fotógrafo Ekko von Schwichow, para hacer una sesión de fotos en el Görlitzer Park.

La noche anterior había hecho mi presentación en Latinale. Leí varios poemas, quizás no mis preferidos, pero salí bien librado. Pese a ser un veterano de las lecturas públicas, esta vez estaba mucho más nervioso de lo normal e incluso confundí el orden de las páginas que leería, lo cual me obligó a interrumpir la lectura del que quizás era mi mejor poema. Me había tocado abrir el evento, frente a un expectante público en el auditorio del Instituto Cervantes de Berlín.

Al verme llegar al parque, Ekko me preguntó cómo me había ido con la lectura. Preferí no contarle los detalles y lo resumí todo con un clásico “bien, muy bien”.

Ekko von Schwichow ha hecho retratos de Haruki Murakami, Susan Sontag, Jean Baudrillard, Umberto Eco y Henning Mankell, entre muchos otros, pero yo no lo sabía antes de la sesión. Mi ignorancia me resultó útil, pues me permití posar con total desparpajo, moviéndome con cierta audacia (si tomamos en cuenta la cruenta resaca) por los parajes del final del otoño berlinés.

Al finalizar la sesión, Ekko me comentó su pasión por la obra de Brecht, a mansalva, sin motivo aparente. Esto no me pareció extraño, ni místico: dada la popularidad de la que goza el dramaturgo, sobre todo en Alemania, el gusto por Brecht es algo más bien natural, así que simplemente aproveché la sincronía para preguntarle si conocía la obra teatral titulada “El proceso de Lucullo”.

Al igual que todos, Ekko respondió con una negativa.

4. Rery, Superdemokratica

El pasado es una fotografía polaroid del futuro. Y el presente eterno es el movimiento de la fotografía en nuestras manos, mientras se va revelando.

Cuando conocí a Rery Maldonado (la otra Comandante de Los Superdemokraticos, junto a Niko) sentí como si me encontrara con una habitante de mi futuro y de mi pasado, presentándose en tal simultaneidad. El arquetipo de la mujer guerrera que me cuida sin razones, ahora en una versión boliviana-alemana. Un dulce, un caramelo de cianuro anarquista.

Rery se fue a Bolivia al nomás terminar Latinale, así que me dejó prestado su apartamento, también en Kreuzberg. Un apartamento lindo, espacioso, lleno de libros, donde comencé a buscar las obras de Brecht, para luego irme desviando por las diversas maravillas que me encontraba, desde Tres tristes tigres, hasta una primera edición de Entre la piedra y la cruz, de Mario Monteforte Toledo.

Al instalarme en lo de Rery, lo primero que hice, como siempre hago, fue intentar conectarme a Internet. Y por alguna razón no pude usar el wi-fi, así que tuve que encender la computadora de mi amiga. El teclado alemán me presentó serios problemas en un inicio, pero lo fui domando, ayudado por la experiencia con los teclados franceses. Aquella tarde revisé mis correos y me encontré con este e-mail de Ekko von Schwichow:

“Hola Alan, que tús ricercas? La pieza de Brecht, originalmente escrito para la radio en alemán se llama: “Das Verhör (interrogatorio) des Lukullus”, 1951. Has encontrado algo más?

Te mando como documentos adjunto los datos de los imágenes – pues si te gustan, digame quales son; espero que puedas ver los números??

un abrazo

Ekko“

Al leer este email me di cuenta de que no había encontrado nunca referencias al proceso de Lukullus en Google por una simple razón: yo escribía “Lucullo”, o inclusive “Lucuyo”, en el buscador. Se trataba de un salto de idioma que me mantuvo suspendido en un limbo de ignorancia.

Una vez más pude percibir que un par de letras pueden convertirse en el pasadizo a la dimensión desconocida.

5. Berlín, Axolotl Roadkill

Hace una semana, gracias a Johanna Richter (que no es pariente de Nikola, por cierto), pude hacer el paseo turístico y tomar las fotografías que siempre me niego cuando hago estos viajes. Me decidí pues recién había leído en un artículo que los lugares turísticos son evitados por los viajeros esnob, sin darse cuenta que estos sitios son populares por algo, que existe una razón para su popularidad.

En el caso de Berlín confirmé dicho aserto. Es realmente magnético todo el escenario dispuesto para los turistas. Una ciudad que usa la memoria histórica a manera de referencia para el consumo de imágenes de la posmodernidad: turismo meta-histórico.

Saqué varias fotos con la cámara de Johanna, quien me hizo un tour abreviado pero efectivo por las áreas donde estuvo el muro y por el Centro, en medio del naciente invierno berlinés.

La conversación durante el retorno a Kreuzberg fue un placer: Johanna hace su doctorado en literatura del siglo XIX y chispea sapiencia. Parte de nuestra charla atravesó por el más reciente y sonado caso de plagio en la literatura alemana: el libro Axolotl Roadkill, de Helene Hegemann. Se trata de una novela (bestseller) que habría usado la técnica del “montaje”, re-utilizando fragmentos de blogs y libros que la autora leía. Aprovechando este caso, discutimos largamente sobre los límites de la autoría, cómo se configura el libro en la época actual, cómo funciona la escritura, etc.

También compartimos la nostalgia por Ezequiel Zaidenwerg, quien había dejado Alemania al finalizar la Latinale. Eze, como lo llamamos los amigos, fue sin dudas la revelación del encuentro de poetas latinos en Berlín, cautivando al público con la potencia y elegancia de su poesía. Este querido amigo y poeta argentino, junto a la puertorriqueña Mayra Santos Febres, refulgieron como lo más luminoso del evento.

No está de más anotar que Mayra, ayudada por los orishas, ejecutó la lectura de mi alma durante una cena, casi al finalizar el festival. Dando en el clavo, me dijo: “lo que pasa es que tú sientes exactamente lo que los demás están sintiendo”.

Y sí: creo que eso es lo que me pasa.

6. Brecht, el mono

Mientras bailábamos en una fiesta muy pero muy loca, también en uno de esos bares locos de Kreuzberg, le expliqué a Barbara Buxbaum, mi traductora y amiga, por qué al final nunca visité la casa de Brecht:

–Es que fijate que el mono, ¿te acordás?, el que tira fuego por la boca, secuestró mi alma estos días, dejándome sin libertad: sólo me permite pachanga – dije.

–Ah, mi querido Axolotl – respondió Bárbara, soltando la carcajada.

Imágenes: Alan Mills.

Traducción: Barbara Buxbaum.

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Quando paramucho mi amore de felice corazon http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/quando-paramucho-mi-amore-de-felice-corazon/ http://superdemokraticos.com/es/themen/burger/quando-paramucho-mi-amore-de-felice-corazon/#comments Tue, 24 Aug 2010 11:27:40 +0000 http://superdemokraticos.com/?p=1133 Mariannenplatz, Xberg. Foto: RH.

Mariannenplatz, Kreuzberg. Foto: RH

Primer sueño: Soy sacrificado. Soy golpeado por trozos de carne, alguién toma impulso, no puedo reconocer de donde vienen los golpes. Pero son más fuertes, comienzo a gritar, por fin despierto.

Participación: Consuelo y envío, de alguna manera la única forma de relativización, ya que el individuo es sobrevalorado, sobre todo por si mismo. La psicología, la investigación del cerebro nos adelanta en mucho.

Por favor abastecerme.

Un lindo día en Kreuzberg, una parte de la ciudad sobrepoblada y cargada, demasiados turistas, demasiada gente joven concentrada en el efecto que provoca su imagen. En un café en la Wiener Straße estamos sentados ante la conexión de Internet inalambrica. Camareras tatuadas. Estrellas sobre la piel clara. La cerveza a subido de precio. En el Süddeutsche Zeitung -uno de los diarios nacionales más importantes- dos páginas completas dedicadas a Nicholson Baker analista de video juegos, bien narrada, en la que de vez en cuando aparece una linda frase, indefensa y concisa, sin tendencias. La participación del ciudadano.

„Visité un club de strip en el que un alien azul bailaba para mi.“

El sol se queda afuera. Las camareras dejan correr el mismo CD por segunda vez, una mezcla extraña que empieza con los Morrissey y termina en Flaming Lips. No se si tengo alguna opinión. Se que la opinión festeja su comeback, también en mis textos y eso es bueno. Por otro lado la opinión a menudo está indefensa. Cómo me siento como ciudadano. No lo se. No he votado 15 años. Estoy en contra del servicio militar obligatorio. Apoyo la justicia social. Soy un tipo en esas condiciones. Es el día, en el que se anuncia la muerte de Schlingensief, uno de los últimos en usar los viejos recursos de protesta y escándalo. Al final él fundo una iglesia del luto.

Segundo sueño: Estoy con un grupo grande de turistas en un edificio alto, una especie de fábrica con varios pisos, mientras tanto el edificio de al lado es bombardeado. Nosotros sentimos los impactos. Vemos a las paredes tambalearse. Algunas piedras permanecerán impresas. Polvo se desprende de los muros. Temblamos a ras del suelo, pero nuestro edificio no es atacado. Cuando los bombardeos terminan, abandonamos el edificio y miramos los daños, los pisos de los edificios que se han convertido en cráteres, los restos esqueléticos de las murallas. Nos preguntamos por la procedencia de los bombardeos y sólo pueden ser rusos. Nos encontramos en una ciudad del sur en Europa del Este, la gente, sobre todo los hombres aparentan estar lejanos y amargados, inasibles, uraños. Atravesamos la ciudad en un coche militar. El cielo es oscuro. Me han robado un morral y una maleta, todo lo que poseo, estoy furioso y al mismo tiempo intento consolarme con la idea de que la propiedad solo es un peso, propiedad como categoría burguesa y „son solo (inexacto:) Materia, algo material“. Pero no funciona realmente. En un cobertizo lateral veo a E., intercambiando ternura con su mejor amiga (se lamen), se sientan, se acuestan. No quiero mirar ni aproximarme. No quiero verla.

Fuck Solaris, Bus Wannsee, Foto: RH

Solaris. Foto: RH

Nicholson Baker cita a Confucio: „el que actúa a partir de la venganza, cava dos tumbas.“ No se si este podría ser un nuevo principio. „en mi caso palpitan dos corazones en el pecho que, relativamente violentos, se tiran de los pelos“, dice Judith Holofernes en una entrevista de otro diario. Dos corazones se tiran de los pelos. Al final uno de los corazones pierde la cabeza. Nos decidimos por el sol. Tenemos miedo de envejecer. Las señales de los jóvenes no nos importan.

En el tercer sueño la encuentro. Ha engordado notoriamente, sobre todo en la cara. Se aproxima inmediatamente, percibo una resistencia interior, debo pensar que tiene dos hijos, que la esperan en Allgäu, y que probablemente sólo quiera usarme. Está claro que ella quiere que vuelva. Se acerca más, todavía me resisto, entonces me besa y dice: „No voy a volver a huir.“

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